viernes, 28 de septiembre de 2012

Solo

Es cuando mas sola se encuentra mi alma cuando siento el frío del olvido helar mi corazón
Como una ventisca que se apropia de mis fuerzas
se elevan de la nada los fantasmas guerreros
Montados en sus caballos de ira
Jalonados por las riendas del dolor


Es de mañana una vez mas
El sol arropa mi cuerpo con sus brazos translucidos
Los pájaros cantan al danzar de las nubes
Mas en esta habitación la noche se hizo cama
Habita y se pasea como su hogar propio
Como centinela de mi soledad
Como compañera de mi tristeza
Como amiga fiel e incondicional, que me abraza en las noches
Mientras le grita susurros al viento para que toquen mi oído
Para que me hagan sentir acompañado



miércoles, 12 de septiembre de 2012

TATIANA




Lejos de los brazos maternos que abrazaban mi humanidad cuando peor me sentía
Con las ganas repletas y la esperanza a desbordar
Se encuentra mi animo feliz por pensarla
Ella quien vio nacer un humanos mas en este mundo marchito
Lo crió como si fuera divino
Entrego lo mejor de si
Lo poco que tenia
Lo mucho que le queda


Espera mi llamada
Busca mi confianza
Perdona mis ofensas
Ama mis defectos
La mujer perfecta


Sigue dando su sudor 
Si fuera necesario hasta me daría un pulmón
Mientras yo  aprendo a vivir, ella ya ha regresado
Me sigue dando motivos para triunfar
Para sentirme orgulloso de mi progenitora


Pocas lineas no resumen el amor que por ella siento
Palabras aleatorias para un sentimiento tan grande como el que me haces vivir
Te lo digo y me faltan mas que palabras
Me faltan acciones para demostrarte cuanto te amo, MAMA 


MARDOQUEO

lunes, 3 de septiembre de 2012

MASCARAS




Son las mascaras que a diario utilizamos quienes nos identifican
Escondiendo sentimientos
Ocultando verdades
Historias que existirán jamas


Manos que sudan 
Piernas que bailan al son del de la ansiedad
Un suspiro que se escapa
Una sonrisa que a todos engaña
Un futuro que llego y se fue sin despedirse


Miles de ejemplares llenan nuestra colección
Maquillajes y mascaras
Que ocultan la ira, el dolor y el desespero
O por el contrario que lo convierten en la siempre radiante sonrisa


Actitudes hipócritas para con el congénere
Creyendo engañar al contrario,
cuando solo nos engañamos a nosotros mismos




MARDOQUEO

MIENTRAS EL MUNDO ME DESCUBRE



Mientras el mundo me descubre
seguiré cabalgando sobre la clandestinidad
de una tasa de café dulce y un remanso de musas
siempre dispuestas a mi poesía como yo a sus voces


Así el día en que el proletariado considere mi voz su voz
cantaremos juntos el himno de esta patria desangrada por la violencia
Haciendo un llamado a sus hijos menos queridos
A quienes le pagan con lagrimas y sangre derramada


Mientras que ese día llega seguiré siendo el clandestino
El que a sin temor a la burla y a la critica levanta su tinta en lo alto del cielo
Una tinta que escribe verdades
Que plasma sentimientos y revelaciones


Mientras el mundo me descubre seguiré siendo aquel poeta oculto
Sin crédito y remuneración
Sin credenciales ni publicaciones
Seguiré siendo aquel que busca un oído que lo escuche
Un lector que se apasione


Saboreo el día en que mi pueblo se apropie de su identidad
Tome como suya la iniciativa 
Y se levante en una revolución sociocultural
Apropiándose de lo que siempre le ha pertenecido y jamas ha tomado
La educación de los hermanos colombianos


Mientras el mundo me descubre seguiré siendo aquel que sueña con un país culto
Aquel que sueña con que la educación como el servicio militar sea obligatorio
El que se ilusiona con que se prohíba el ausentismo
Se castigue al matoneador
Se reconozca al pensador
Se perdone al recluso
Se abracen las madres
Regresen los secuestrados
Se rindan los alzados


Mientras Colombia me escucha
Seguiré forzando mi tarea de pensador
Soñando con un país mejor
Queriendo una patria culta, estudiada



MARDOQUEO

sábado, 1 de septiembre de 2012

EN LA CALLE ZARDOC




El humo de un cigarrillo es atrapado por la brisa que inunda mi balcón, como una oleada en mar de leva que arrastra consigo toda clase de ideas a mi cabeza, sucias, impías e inimaginables. Creo que es la soledad que esta haciendo estragos permanentes en mi o la nicotina de estos cigarrillos viejos que encontré en el fondo del bolsillo de mi chaqueta ochentera, la cual tenia años sin colocármela, pero que gracias al frió que me dio un pretexto para sacarla del encierro del closet. Lo curioso es que son las 3 am y no logro conciliar el tan preciado sueño, creo que se volvió costumbre.

Enciendo el que sera el tercer cigarrillo arrugado y con sabor a hojas secas, no entiendo como llegaron allí  cuando de repente el frió de la noche arrastra mi mano izquierda al bolsillo y me topo con un papel, arrugado y manchado. Al principio pensé era un recibo de compra, o alguna basura olvidada allí, pero la tinta rosada  y la letra femenina que poco a poco comencé a descubrir a medida que desmarañaba de su escondite aquel trozo de papel me hizo saber de lo que se trataba. Por un momento mi corazón dejo de latir al tiempo que mi cuerpo se estremeció con un escalofrió que recorrió cada centímetro de mi cuerpo como rayo. Eran esas las ultimas palabras que me escribió, era su despedida:
<< Querido Alberto: Aun no logro comprender por que le temo tanto al destino, aun no se por que ya no te necesito aun sabiendo que una parte de mi aun te ama, no se porque necesito despedirme hoy de ti y de todo lo que nos une. Tal vez no vuelva jamas, tal vez es hora de partir. Lo siento, con amor, Lucia. >>

Por mi mejilla se deslizo una lagrima inmortal, que siempre esta dispuesta a salir cuando mi oído escucha tu nombre. Fue allí cuando por fin me deje llevar por la brisa que tocaba mi rostro, y aferrado a ella recorrí los intrincados pasillos del pasado, de esos dias maravillosos cuando moría por vivir para ti, Lucia. Como olvidar la tarde en el Rio Valencia, o el viaje con escala inesperada en ese hostal campesino; Lucia, mi antes y después, quien descubrió lo mejor de mi cuando llego y lo dejo de comida a las aves de carroña con su partida.

Hoy  siete años después de aquella carta me pregunto que habría pasado por su mente en aquel momento en que dejo ese papel en mi recibidor, como un comodín después de una noche de pasión y besos desproporcionados. Me pregunto quien me había podido arrebatar tan fácilmente a aquella morena que atrajo mi atención en el pequeño café de la esquina de la Calle Zardoc, donde solía pasar la mayoría de mis horas pescando acordes para mis canciones a plena luz del día y en la acera, cuando con mi vieja guitarra arañábamos la compasión ajena, dedicando sonetos a las muchas ejecutivas que pasaban por allí con sus trajes de sastre y sus tacones altos. 

Solía recitar versos ineditos, con unas notas que poco hacían acordes con las palabras recitadas, a la espera de una o dos monedas.  Como olvidar ese 31 de agosto del 2004, cuando un café helado junto al sombrero recolector me hacia guardia a esa hora, y yo sentado con guitarra en mano observaba el mundo y sacaba mis propias conclusiones. La luz del semáforo cambio en la esquina y un carro acelero hacia la acera contraria a gran velocidad solo para obtener el ultimo puesto donde parquear en tan peligrosa calle; yo mire dicha escena y pensé en la ley del mas fuerte que aun hoy nos hace referencia, cuando una sensación humeda corría por mi pantalón atrayendo mi atencion de inmediato, cuando de la nada un par de zapatillas grises que adornaban dos lindas piernas morenas de encontraban frente a mi. <- Lo siento, he derramado tu café, que tonta soy - era la voz angelical de esa mujer, que se agachaba para limpiarme con su pañuelo - déjame limpiarte > insistió.

Yo no pude pronunciar palabra alguna, solo me quede con mi boca abierta mientras ella apenada limpiaba el producto de la cafeína sobre la bota de mi pantalón. Reaccione y musite con temblorosa voz:  <- No importa, igual ya iba a botar este pantalón > y sonreí. Ella pues ofreció disculpas e invito un nuevo cafe, pues ya era imposible separar al derramado de mis jeans desteñidos. Aceptando y limpiando mi guitarra de las ultimas gotas del penoso accidente, guarde las monedas de mi sombrero multiproposito me dispuse a recibir el café ofrecido con el objetivo de encontrar un nueva inspiración en aquella musa que me regalo el destino, y que mejor sitio que la Zardoc, sitio favorito de poetas de aceras  y músicos desdichados.

Caminamos al café de la esquina, estaba repleto recuerdo, y después de ubicar una mesa con dificultad y hablar por horas y horas fue cuando me dijo su secreto, o su problema, aunque pensándolo bien me predijo mi futuro. <-Mi problema es que jamas espero llegar al final del libro, siempre dudo del destino y me despido antes de tiempo > no se por que menciono eso, pero como olvidar esas palabras, puesto que extrañas me parecieron en aquel momento, pero que me hicieron visualizar borrosamente el futuro de mi relación junto a ella.

Lucia se hacia llamar, mesera profesional de una linea de comidas rápidas, estudiada en la escuela de la necesidad, y graduada con honores en sobrevivencia callejera. < Ahora después de pagar mi deuda por tu bebida, y ganarme tu confianza debo pedirte algo - miro a la ventana, tomo aire y continuo - he gastado ya mi ultimo centavo, no tengo donde dormir esta noche - agrego>. Sin pensarlo le ofrecí mi morada, sin saber que se convertiría en su ultima oportunidad de vivir. A la semana ya eramos amantes, como haberme resistido a sus curvas y su cabellera rizada; al mes compartíamos gastos con las pobres ganancias que dejaban las propinas en su empleo y las cuantas monedas obtenidas de la caridad ajena en mi oficio de cantautor callejero.

Esa mañana en que tome la decisión de ligar mi vida junto a la suya por toda la eternidad vestí esta misma chaqueta ochentera haciendo juego con mis zapatos negros. Camine una cuadra hacia la Calle Zardoc, recuerdo escoger el ramillete mas colorido y mas grande que encontré en la pequeña venta junto al café mencionado. Sabia que a las cinco  Lucia escaparía de los brazos de Morfeo - pues habia dormido toda la tarde- y comenzaría su rutina diaria. Yo quería sorprenderla, pues 365 días habían ya vivido a su lado, y deseaba mas que nunca que un año después de tropezar mi café y derramarlo en mi jean, derramara ahora su corazón sobre el mio por toda la eternidad.

De regreso a mi cita con el destino recuerdo la puerta de mi alcoba semi abierta, su perfume por toda la sala, y el frió de la soledad que acababa de llegar para quedarse. Encontré una pequeña hoja junto al recibidor firmada con un beso no dándole importancia la guarde en mi bolsillo izquierdo, extrañado por no encontrar a Lucia recordé de repente haber olvidado mi billetera en la venta de flores. Al voltear la esquina y encontrarme de nuevo en la Zardoc una multitud de personas se había tomado la calle rodeando lo que parecía un coche chocado, me acerque solo por curiosear y una sabana blanca con manchas de sangre cubrían un cuerpo junto al coche rojo, y fue allí cuando reconocí las zapatillas grises que habían derramado mi café. destrozado levante la sabana y descubrí a mi Lucia. No llore, no grite, no dije palabra alguna, solo 
busque la hoja firmada con un beso, e intente leerla, pero la tristeza de mi corazón solo reconoció la ultima frase: 
<< Tal vez no vuelva jamas, tal vez es hora de partir. Lo siento, con amor, Lucia. >>

De verdad no volvió mas, quien diría que la Calle Zardoc me trajo la felicidad y me la arrebato, quien diría que 7 largos años han pasado desde entonces, como saber que no seria correspondido a mi propuesta matrimonial esa mañana, cuando iba a sospechar que escaparía de la existencia terrenal hacia la morada eterna. Jamas pensé que el destino lucharía por separarnos y me jugaría tan mala pasada. Se acaba el tercer y ultimo cigarrillo de la caja, se acaba un recuerdo, se esfuma el recuerdo de una vida, de una pasión. Mañana volveré a mi habitual acera en la famosa calle, puesto que es el único sitio donde revivo una y otra vez el recuerdo de Lucia.



MARDOQUEO