Te abrazan mis brazos en silencio
El viento muere atrapado en la vela de los barcos
En altamar mis aguas se inundan
Se llenan del salobre de tus labios de olvido
Las aguas del pecado turbulentas son
A tormentas nos arrastran
Huracanes asesinos asechan en la mar
Ella tan enorme
Magnifica y amplia
Goza de la paciencia inquieta
De la ira celestial
Sirena de la muerte
Que con su canto hipnotiza la proa
El timón queda a su mando
La muerte con sus manos mojadas nos abre los brazos
Un naufragio seguro
Extrañando las orillas de las que zarpamos en busca de nuevos amores
Ahora cuando perdimos el control del barco lloramos por haber partido
Olvidando el deseo innato de querer explorar,
de querer partir y viajar lejos
Esta vez no hay hermoso final
Esta vez es la mar y yo
La mar, la muerte y el amor
El amor hacia lo desconocido
Hacia un atardecer permanente
El final se acerca,
el mástil cae herido ante nuestros ojos
Tajando de un soplo la esperanza de vida
Destruyendo lo ultimo que quedaba en pie
El orgullo de haber partido
MARDOQUEO
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