El sueño se esfuma como el agua al fuego
Las fuerzas tambalean y ceden
La luz del fondo se disipa
Las mascaras caen al suelo
Todos somos hipocritas
Pero en el final de la hilera una mascara y un escudo siguen erguidos
Son los propios escudos y mis mascaras que me protegen
Ocultan los rojos ojos que el malestar ha irritado
Escudos que protegen mi propia integridad
Guardan el corazón mal herido y moribundo
Mascaras de felicidades fugaces que ocultan lutos eternos
Me doy cuenta que solo yo sigo aqui
Rodeado de muchos, acompañado de nadie
Llevado de miedos
Cubierto de penas
Escudo al hombro, antifaz eterno
Camino por valles desolados
Solo me defiendo con mi oxidada espada a la que apode Esperanza
Mi única posible protección de enemigos forajidos es Esperanza
Ellos desean destruirme
Verme humillado, vencido
Bailar la sinfonía sobre mis cenizas
Y borrar mi nombre de tus listas
La luna ilumina a este poeta en las noches desiertas
Noches sin fin ni rumbo fijo
Traza el camino el reflejo de la novia de queso sobre el lago
El sendero espera al guerrero
Guerrero aquel que le dedicae estas letras de olvido
MARDOQUEO
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